Continuamos los diálogos sobre paisaje sonoro y política con Ana Estrada Zúñiga, artista de Chile que desde hace varios años se encuentra viviendo en Barcelona, y cuyo trabajo explora líneas del arte sonoro orientadas hacia lo político, el cuerpo y las luchas sociales. Desde una consideración de la escucha como un espacio político, Ana nos cuenta lo que la llevó a trabajar en el último proyecto que publicó con nosotras: Paisajes en tránsito.
Recientemente publicaste un álbum junto a valo sonoro por medio del sello, donde la colaboración y el vínculo afectivo son protagonistas. ¿Cómo se relaciona o contrapone este trabajo a ese álbum?
Considero que el vínculo con el entorno y en particular con el entorno sonoro siempre pasa por la afectación y la afectividad. Entender que somos y hacemos parte del Paisaje Sonoro es asumir que siempre ocupamos un lugar en el espacio y que nuestra forma de habitarlo influye en lo que acontezca en este, del mismo modo que, la manera en que nos movemos y actuamos, están atravesadas por los sonidos-ruidos que nos rodean y que nos habitan. Digo esto último, porque la sonoridad no siempre viene desde un afuera, pues también es importante considerar y atender, lo que algunas personas han llamado Paisaje Sonoro Interior y que se constituye tanto por las sonoridades que emitimos de carácter más físico o fisiológico; como la respiración o el latido del corazón, así como también lo conforman las voces que relatan nuestra propia existencia.
Así, yo estoy afectada por el Paisaje Sonoro y este me afecta de manera presente, en cada sonoridad que atraviesa mi vida cotidiana, y de otra parte lo sonidos evocan memorias personales y colectivas, cuestión de la cual, este trabajo quiere dejar constancia, pues soy una cuerpa-escucha migra que transita constantemente entre 2 territorios y se mueve entre las diferentes luchas que se manifiestan en ellos, así como en las diversas maneras que tienen de expresarse.
Por último, quisiera mencionar, que en algunos pasajes del disco existen diálogos con compañeras que me iba cruzando en el trayecto de las manis y que tienen un significado especial, en tanto el encuentro imprevisto con ellas, me hacía sentir contenida y cuidada en un espacio y contexto que puede ser hostil e inseguro, sobretodo considerando que aquellos encuentros (los que están registrados en el disco) ocurrieron en Barcelona, el cual no es mi territorio de origen, por lo que la decisión de hacer aparecer esas voces es para mí una manera de mostrar y agradecer la red que de una u otra manera he podido ir forjando a los largo de los 9 años que llevo viviendo acá.
En el disco es posible escuchar consignas sobre diversas luchas (palestina, feminista, trans, migrante, antiracista, por nombrar algunas). ¿Podrías contarnos un poco sobre tu perspectiva y relación con ellas?
Para mí la calle es un lugar muy importante donde poner la voz y la cuerpa al momento de hacer notar las necesarias demandas sociales y políticas de las distintas personas y colectivos que, en este caso, habitamos la ciudad en un contexto occidental (y occidentalizado en el caso de Chile) Aún cuando creo que no es el único, e intento ser comprensiva con las personas que por variados motivos no se sienten convocadas a aparecer en el espacio público (cuestión que también me ha pasado) Dicho esto, en mi experiencia particular entre mi territorio de origen (Santiago-Chile) y el que habito de forma permanente hace 9 años hasta la actualidad (Barcelona-España), dentro de los múltiples choques culturales que he sentido, ha predominado la manera de ocupar el espacio público y el riesgo que ello conlleva. Por una parte, durante los primeros años las manis de acá me parecían super frías y sosas, porque lo de cantar y vestirse con colores por ejemplo, no era algo habitual, cuestión que ha cambiado gracias a la presencia de las compas migras. Además de ello, todos estos eventos cuentan con el “apoyo” de la policía, en tanto van resguardando el correcto funcionamiento de los eventos… Esto no quiere decir que no haya detenidos, ni represalias, pues, por ejemplo, en el caso de las marchas por Palestina ha habido situaciones muy feas, que implican persecución y detención de manera posterior al evento, hacia personas que participaron en ellas. No obstante, la sensación de “peligro” en el momento del evento es diametralmente opuesta a cómo lo he vivido en Chile. Allá sientes que realmente arriesgas tu vida cuando estás en la calle y que tener a un paco cerca es algo en extremo hostil y arriesgado, esto particularmente en la revuelta del 2019-2020.
Tras esta contextualización, me parece importante decir que, para mí el hecho de haber migrado, me hizo tomar conciencia de una mayor cantidad de opresiones y sus respectivas luchas, pues al estar en tu lugar de origen, sea como sea, estás en una zona de confort, que muchas veces o al menos en mi caso, ya sea que no permite ver o bien hace que tarde mucho más el momento de concientización respecto a otras realidades que no te atraviesan en primera persona. Por mi parte, intento informarme y apañar lo mejor que puedo (que es muy poco), pero por sobretodo, intento tener claro cuáles son las luchas que encarno en primera persona y cuáles no, con tal de no apropiarme, ni arrogarme la voz de otrxs, aunque es un proceso y un currazo constante y claramente muchas veces me equivoco. Supongo que este disco es también un intento por dar espacio a gran parte de esas voces…
¿Cuál fue tu proceso y reflexiones al momento de ordenar el flujo de los sonidos?
Siento que lo que más quería era que las personas que lo escuchen sintieran este transitar entre diversas realidades y territorios. Imagino (aunque tal vez sea sólo mi impresión) que el grado de identificación con lo que se escucha es muy distinto si vives en Barcelona a que si vives en Chile, pues realmente las sonoridades, además de las causas que se reclaman son diversas. Dentro de ello, también me interesaba reforzar un poco ese ambiente caótico y a veces saturado, por lo que no apelo a un sonido sofisticado, sino más bien honesto, en donde escuchar por ejemplo, el roce de la grabadora, habla también de este lugar de testigo activo en los eventos que se suceden… Así mismo fui colocando sonidos que reforzaran ciertos aspectos y que pudieran dar una pausa, como para abrir un espacio de reflexión sobre lo que se escucha. Quizás no he conseguido nada de esto jaja, pero es un poco lo que iba sentipensando mientras creaba y montaba.
Nos gustaría preguntarte sobre la referencia que haces a Hildegard Westerkamp, y el sentido político del sonido. ¿Cómo lo abordas y cómo se plasma en tu trabajo?
Para responder esta pregunta, quiero partir con una cita a la autora, que me ha acompañado casi desde que comencé a trabajar y crear en el ámbito del arte sonoro, hace ya más de 20 años:
“El paisaje sonoro es la manifestación acústica de "lugar", en donde los sonidos dan a los habitantes un
sentido de lugar y la cualidad acústica del lugar está conformada por las actividades y comportamientos de
los habitantes. Los significados son creados precisamente debido a dicha interacción entre el paisaje
sonoro y la gente. Por lo tanto, el medio ambiente sonoro (o paisaje sonoro), que es la suma de la
totalidad de sonidos dentro de un área definida, es un reflejo íntimo de -entre otros- las condiciones
sociales, políticas, tecnológicas y naturales del área. Cambios en las mencionadas condiciones implican
cambios en el medio ambiente sonoro.”
— Hildergard Westerkamp, Brauhaus y
estudios sobre paisaje sonoro (1994, 2002)
Cada vez que leo esta cita la encuentro llena de sentido, porque, desde mi punto de vista, apela a una conciencia crítica respecto al lugar que ocupamos como habitantes, sobretodo en el caso de la ciudad. Y nos lleva a tomar responsabilidad respecto a los cambios que ocurren en nuestro entorno y en las relaciones que se generan en este. Por eso es interesante explorar el sonido de la ciudad desde distintos enfoques, para comprender también ciertas características culturales y comportamientos sociales. Hacernos cargo de que afectamos y también que somos afectadas por el Paisaje Sonoro, por eso para mí no existe un Paisaje sonoro desafectado. Y en el caso del disco, si lo escuchas bajo este marco de referencia, puedes empezar a notar por ejemplo cuáles son las voces que más aparecen y cómo aparecen, acompañadas de qué sonidos. Evidentemente hay un predominio de voces femeninas y hay ciertas rítmicas y tonos que refieren a orígenes y territorios. Todo ello sumado a las consignas que se profieren claro…