Entrevista a Ana Estrada Zuñiga y valo sonoro
Ciudad, paisaje y afecto

13 de mayo, 2024 • by Archivo Veintidós

Históricamente, y desde su origen, el paisajismo sonoro se ha desarrollado desde una perspectiva orientada al ambientalismo, con un enfoque de preservación y de observación. Si bien es una práctica necesaria, en este enfoque a veces se deja de lado capas sonoras que tienen que ver con la ciudad, y sobre todo los cuerpos que la recorren. En este contexto, Lxs artistxs responsables de Cartografías Reflectantes, un bello y lúcido proyecto de escucha, paisaje y la experiencia migrante en la ciudad nos comentan como fue el desarrollo de éste, donde construyeron un frágil y sensible álbum publicado en abril pasado en nuestro sello.

Les agradecemos que hayan compartido su trabajo a través de esta plataforma y la profundidad con la que trabajaron el tema. Quisiéramos comenzar preguntándoles por la historia del proyecto. ¿Con qué premisas se comenzó? ¿Cómo se ejecutó? ¿Cómo lograron cerrarlo y qué varió desde el momento inicial?

A: Bueno, muchas gracias a ustedes por interesarse y por apoyar nuestro trabajo. En un principio Valo se encontraba en Chile y yo ya en Barcelona (donde vivo hace 9 años) y la idea era hacer como un intercambio de paisajes, considerando que éramos amigxs y que ambxs trabajamos el tema de la voz. Pues en paralelo yo le contacte para un proyecto de Investigación Fondart, junto a Javier Osorio y que estoy cerrando ahora: “(Auto)etnografía y escucha situada: diálogos entre prácticas artísticas y teorías de la vocalidad en el arte sonoro contemporáneo chileno” y ahí me di cuenta que teníamos intereses en común respecto a la voz y a la noción de Paisaje Sonoro. Pero claro, en el camino las cosas cambiaron un poco, ya que Valo se vino a vivir a Barcelona también y si bien, teníamos ya unos intercambios sonoros, decidimos reenfocar hacia cómo era este habitar la ciudad…

V: Hola, muchas gracias por acoger nuestro proyecto en su plataforma y colaborar juntxs nuevamente. Como cuenta Ana y también para complementar, la idea que movilizaba el proyecto desde un inicio era el intercambio de voces y reflexiones que hacíamos a través de audios de whatsapp. Pensábamos crear un diálogo de grabaciones en base a cómo afectaba encontrarnos en distintos territorios y nuestros distintos tipo de sentires y pensamientos que surgían en relación con el espacio sonoro en el que nos encontrábamos. Pero claro, en medio del proceso me adjudiqué la BecaChileCrea para estudiar un Máster en Arte Sonoro en Barcelona, el mismo que realizó Ana años atrás. Así que tuvimos que redirigir la idea inicial y trasladarla a las calles y nuestras voces en Barcelona. Terminó formándose un disco que retrata el recorrido de dos personas migrantes que van construyendo relatos y (re)conociendo la ciudad a través de caminatas sonoras. Para mí en este sentido fué una manera sonora de conocer un nuevo territorio.

Fotografía: Adriana Canales Quezada

Nos llama la atención de este trabajo como el vínculo relacional y emocional entre ustedes juega un rol tan protagónico. Aparecen atisbos de encuentros, sentimientos, pensamientos, recuerdos. ¿Cómo se retroalimenta este trabajo con su vínculo y viceversa? ¿Cómo describirían ustedes el rol de esa relación en el resultado final?

A: Personalmente es una manera de trabajar que ya venía explorando, porque había usado voces de amigxs en otros proyectos anteriores, como la pieza “Rexsistencia Afectiva” por ejemplo, que se presentó en el Sònar+D 2020 Pero nunca había creado las piezas en conjunto con otrx artistx amigx. Ha sido un proceso largo y complejo siento yo, porque no es fácil el momento de enfrentarse al material que has registrado y decidir qué poner y qué dejar fuera, ya que igualmente te estás exponiendo desde una vulnerabilidad. En ese sentido hay muchas conversaciones que se han resguardado. A mi me costó esa parte sobre qué mostrar y qué no. Siento que Valo lo resolvía mejor que yo y es algo de lo que me nutro y espero aprender… El resultado final siempre es raro (jajaja), pero te diría que la presentación que hicimos acá en Barcelona para mi fue como “esto es”. De hecho, yo señalé ese día que para mi tenía mucho sentido hacer arte para lxs amigxs (y con lxs amigxs) y que me parecía súper político, porque era revolucionario, ya que se plantea desde la intimidad y la vulnerabilidad.

V: Es un proceso interesante trabajar en colectivo. Siempre hay que estar en constantes conversaciones para que sea un proyecto realmente horizontal atendiendo los intereses e ideas del otrx. Con Ana me parece que congeniamos bastante bien en este sentido, fue bastante fluido nuestro cruce de ideas, lo que hizo fácil al momento de tomar decisiones de “composición” y montaje. Me gustaría destacar de este trabajo colectivo la grabación en conjunto que realizamos en nuestras caminatas por la ciudad. Cada una llevaba su grabadora y “capturaba” los sonidos que habían en nuestro entorno y de nuestras voces, entonces al momento de escuchar esos archivos y montarlos, era bastante especial “escuchar cómo escuchó la otra”, entendiendo que el sistema de grabación no reproduce la escucha acuerpada como tal, pero dentro de ese imaginario y aproximación a la escucha del otrx este ejercicio fue bello.

Este disco, y me atrevería a decir que sus proyectos en general, proponen una visión más fresca y diferente sobre el paisaje sonoro. ¿Podrían comentarnos cómo lo abordan, cómo se aproximan a esta práctica?

A: Yo creo que tiene que ver con desjerarquizar las nociones más clásicas de Paisaje Sonoro y si bien puede seguir siendo antropocéntrico, porque son nuestras voces las que aparecen y desaparecen, justo esto último creo que es la clave, de entender que hacemos parte de…, en vez de considerarnos el centro. Por este lado, me interesa reflexionar sobre cómo y cuánto afectamos el entorno, a la vez que nos dejamos afectar. Barcelona es una ciudad súper ruidosa y considero que nuestras voces (la mía y la de Valo) a veces se sienten como pequeñitas, porque son como más suaves y no tienen un volumen muy alto. Y eso, en comparación a las voces más “locales” así como a los ruidos de la ciudad a mi me lleva a un lugar de identidad que es super potente, porque siento que puedo compartir desde un ejercicio artístico sonoro esta fragilidad que no pasa por sentirse débil, sino por apelar a una escucha mucho más expandida. Siento que de eso se trata la exploración del Paisaje Sonoro, que hacia allá debería apuntar, a que nos genere conciencia en un amplio sentido.

V: Es una pregunta interesante porque en general el trabajo del artista sonoro que realiza grabación de paisajes sonoros, casi siempre está centrado en la geolocalización, de dónde, cuándo y con qué dispositivo se realizó. En lo personal me gusta más mencionar mi trabajo más desde la grabación de campo, no centrándome en puntos específicos para realizar grabaciones, si no en cómo la grabación acompaña el movimiento del tránsito por entorno de una manera no extractivista sonora . No grabar pretendiendo una “higienización” en la grabación. Creo que es importante capturar los ruidos, los roces del cuerpo al manipular la grabadora, las voces inesperadas que se cuelan, finalmente es dejar acontecer los sonidos tal como aparezcan. También la utilización de dispositivos de grabación de bajo costo y calidad como los que utilizamos con Ana, en mi caso, una grabadora Sony pequeña usadas para grabaciones periodísticas. Estas son decisiones políticas de cómo queremos trabajar, de dónde poner el foco principal que no es en nuestro caso la máxima calidad de audio.

Ahora viven en Barcelona, y llegaron desde Chile en distintos momentos, con varios años de diferencia. ¿Qué les movilizó a trasladarse? ¿Qué expectativas tienen para su desarrollo allá, y cómo ha sido la experiencia? ¿Planean retornar?

A: Uff, esta pregunta yo no sé cómo responderla (jaja). Me vine a hacer el Máster en Arte Sonoro de la UB, pero al final era una excusa para venirme, porque estaba un poco agotada de cómo se estaban dando las cosas en Chile, en diferentes niveles. Necesitaba un cambio y si bien, las cosas han sido mucho más difíciles y complejas de lo que pudiera imaginar, tampoco es que venía con la intención de fama o de internacionalizar mi carrera o cosas así jeje. La profunda experiencia de ser una persona migrante en el territorio colonizador ha sido una de las vivencias más transformadoras que he tenido en mi vida y aunque es dolorosa, no me arrepiento de haber dado este paso y agradezco todo lo que he aprendido. Te diría que no tengo muchas expectativas concretas la verdad, mi cabeza no funciona mucho así tampoco. Me gustaría seguir trabajando con valo y otrx artistxs y desarrollar este tipo de presentaciones en espacios íntimos (ya tenemos varias invitaciones jaja). Y no, no planeo retornar de momento.

V: Bueno yo vine para estudiar el Master en Arte Sonoro al igual que Ana, sin intenciones concretas de quedarme a largo plazo, pero la vida nos lleva a distintos sitios y en este momento estoy gestionando mis papeles para poder quedarme aquí por más tiempo. Estar en Barcelona ha abierto en mi muchas cosas, dentro de ellas conocer gente muy talentosa y apasionada del arte sonoro, de lo que estoy muy agradecidx de esta experiencia. Si bien ahora no tengo planificado volver a Chile más que de visita, creo que eventualmente querré volver a las tierras del sur del mundo, sigo sintiendo que el territorio (Chile) me mueve a profundidades que no sé si encontraré aquí.

Fotografía: Adriana Canales Quezada

¿Cómo se vinculan con la escena en Barcelona? ¿Y con las comunidades latinas y del sur global que por ahí transitan?

A: No me vinculo mucho la verdad. Desde el arte estoy más metida en el ámbito de la danza y el movimiento, pero tampoco para decir que me vinculo con una escena. Y sólo puedo decir que las comunidades del sur global son lo que hacen que Barcelona sea una ciudad tan potente. Y esto a nivel sonoro y de las voces, escuchas, cuerpas es una realidad maravillosa, con la que intento vincularme desde un lugar muy experiencial, pero en la presencia, entonces para mi no va tanto de producir algo en torno a, sino de acuerparlo y experimentarlo, más un proceso que un resultado. Supongo que por eso la idea de “escena” no me hace tanto sentido.

V: Diría que aun no siento que sea parte de una “escena” del arte sonoro o músical en Barcelona en concreto, las redes acá se van construyendo bastante lento en ese sentido desde mi experiencia. Pero a partir de mis estudios en el Máster he podido conocer gente que trabaja en distintos proyectos de arte sonoro bastantes interesantes. Por otro lado, es curioso que aquí uno comienza a tener distintas identidades y una de ellas es ser latinoamericano. Creo que uno se afirma de los lazos latinos ya que compartimos experiencias similares en varios aspectos, sobre todo por lo que significa migrar. Actualmente estoy realizando mi trabajo de fin de máster en torno a la escucha íntima creando postales sonoras con personas que han realizado movimientos migratorios y es bien conmovedor lo que aparece en estos audios que espero poder compartir próximamente.

Finalmente, ¿podrían recomendarnos a algún/e/a artista vigente que consideren que deberíamos seguir?

V: Lía García (La Novia Sirena), una maravillosa artista trans mexicana que trabaja con la voz, la escucha y los afectos. Vive en México, pero ha venido en varias ocasiones a Europa y a Barcelona. Génesis Victoria (elle) artistx que migró de Chile a Berlín y que es termendx también. Y del butoh acá en Barcelona, que para mi ha sido una fuente de aprendizaje hermoso, recomiendo mucho a Josephine Grundy, que también trabaja la voz en sus performance y cursos (yo tomé clases con ella).

V: Si, me gustaría recomendar a Ivonne Villamil, artista Colombiana que trabaja con el sonido inaudible, a Lucía Rodríguez, artista Mexicana que trabaja con escultura sonora y a Kat Leyton, artiste de la danza que está investigando sobre el sonido, la memoria y la recolección de archivo de cinta (cassette) en la patagonia Chilena.

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