Entrevista a Catriel Nievas y Martín Roveda:
¿Dónde están los restos?

12 de agosto, 2020 • by Archivo Veintidós

Los músicos experimentales argentinos, Catriel Nievas y Martín Roveda, nos comentan en esta entrevista sobre su historia, proceso y razones para colaborar en Restos de Tensión, otro disco emergido en medio de la crisis mundial del coronavirus.


Cuéntennos sobre su trabajo, cómo y cuando comenzaron explorando el sonido y la música de forma más experimental

Catriel: Mi primer recuerdo sonoro fuerte que influenció la música que hago, es quedarme dormido al atardecer en la playa. El momento de vigilia donde la percepción queda ligeramente alterada me hacía escuchar el mar, las voces y los cantos de los vendedores que caminan por la orilla cubiertos por una especie de bruma o reverberación. Ese recuerdo volvió a mí años después cuando comencé a explorar el sonido o conectar una guitarra eléctrica y acercarla al amplificador, frotarla con objetos, encontrarse con un sonido que te afecta a nivel físico y se confunde con una sensación palpable que casi podes tocar. Creo que la experimentación muchas veces se mezcla con una exploración de los materiales y sus posibilidades y alcances en la percepción y en nuestra sensibilidad, en mi caso mi infancia y la escucha de ese recuerdo que sigue regresando cada vez que toco un drone.

Martín: En mi caso, el acercamiento a la música “experimental” o no del todo convencional/comercial, creo tiene que ver con una curiosidad, un interés y una apertura para con propuestas que exploran y proponen otras sensibilidades. Pienso que se trata más bien de algo así como un posicionamiento de escucha, abrir e integrar lo sonoro en un sentido amplio a la experiencia musical. Durante la adolescencia escuchaba más que nada música punk y en algún momento (no recuerdo bien porqué) estaba fascinado escuchando Velvet Undergound, creo que algo de esa música libre, caótica y sutil a la vez me hizo pensar en la expresión como una potencia inagotable, más allá de cualquier marco de conocimiento.

¿Cómo se manifiesta el crecimiento artístico, desde esas primeras inquietudes, hasta Restos de tensión?

Catriel: Hace un tiempo descubrí mi relación con la repetición de melodías simples y cortas y entendí que mi rol como músico era casi el de un observador. Dejar a las notas sonando y ver como nadan, juegan y despliegan colores y sombras nuevas cada vez. Restos de tensión es precisamente ese juego, pero poniendo el foco en otro lado, en la tensión entre elementos disimiles y mutantes, notas y ruidos, referencias a cosas que escuchamos no sabemos donde, en algún soundtrack, en alguna película, en alguna banda noise ¿Dónde están esos restos? Están desperdigados por todo el disco que hicimos con Martín, apareciendo y desapareciendo, imponiendose y cediendo o en constante tensión (y contradicción) como casi todo lo que hacemos día a día.

Martin: En general suele haber búsquedas diversas que terminan confluyendo en cosas, casi sin querer. Hace unos años estoy profundizando en la programación de ritmos, sea con cajas de ritmos, samplers, daws, etc. Por otro lado podría decir que el ruidismo, las texturas del desintegracionismo y el audio afectado materialmente son todas cosas que por algún motivo me entusiasman. En restos de tensión hay algo de todo eso.

Catriel Nievas junto a un teclado Fun Machine, al aire libre Catriel Nievas junto a un teclado Baldwin Fun Machine

¿Cómo les ha afectado la pandemia de coronavirus, en este 2020?

Catriel: Bajo la misma contradicción. Entiendo que es un momento horrible, bisagra y que marca un antes y un después en nuestra vida. Sin embargo a mí individualmente me potenció en muchísimos aspectos, pude dedicarme a mirarme a mí mismo con mayor atención. Lejos de las “obligaciones sociales” que nos imponemos que debemos cumplir (vernos con gente, asistir a eventos, divertirnos constantemente) me encontré llevando una vida casi entre monástica y de residencia artística. Levantandome temprano, haciendo chi kung, anotando mis sueños en un pequeño diario de sueños, entrenando, haciendo música a montones y escuchando otro tanto, además ver casi una película por día (no sé si es saludable). Entonces me encontré con un costado más creativo y relacionado al juego y la exploración como con la mirada de un niño que puede ver todo como por la primera vez.

Martín: Con respecto a la pandemia no creo que pueda decir cosas relevantes, está jodido y parece no mejorar, quizás al ser trabajador “esencial” mis semanas no cambiaron mucho, solo bajó un poco la cantidad de trabajo. En lo personal principalmente me afecta el no poder visitar como quisiera a gente que extraño y quiero. En un principio, al tener algo más de tiempo, pude conectar con algunas cosas pendientes, estuve aprendiendo a usar algunos programas para producir música (restos de tensión tiene las primeras exploraciones de esos aprendizajes), ordené la biblioteca y después no sé, este invierno estuve tomando más bourbon que de costumbre. Hace unos días reconfiguré la conexión de las máquinas que tengo en casa a ver si aparecen músicas nuevas.

Sabemos que viven relativamente cerca, ¿Tienen otros proyectos en conjunto?¿Cómo es la escena en su territorio, y cómo se involucran con ella?

Catriel: Vivimos realmente cerca, a unas 20 o 25 cuadras. tenemos muchxs amigxs en común y hemos compartido fechas con nuestras bandas varias veces. En algún momento nos propusimos comenzar a grabar algo juntos, sin embargo por falta de tiempo o diversas razones no pudimos concretar. Nosotros vivimos en lo que se llama el “Gran Buenos Aires”, es decir lo que no es la ciudad pero aún está relativamente cerca para ser un poco ciudad jaja . Tiene sus pro y sus contras, no hay tanta cantidad de eventos y espacios culturales como en la capital, pero creo que la escena (que en definitiva somos todxs conocidxs o amigxs) goza de cierta unión donde todo el mundo empuja para el mismo lado y de pronto pueden suceder cruces interesantes entre rock y música electrónica o free jazz y noise o música experimental. Creo que hay un poco más de libertad y no está todo tan sectorizada y en nichos como en la capital.

Martín: Hace unos años, tocamos en Ituzaingó, en una fecha para la cual armamos música a partir de radios viejas, una máquina de ritmos y dos guitarras, recuerdo otra tocada en “Mi Casa”, en El Barrio del Abasto. Siempre estaba la idea de generar algún material juntos y este contexto de pandemia / cuarentena terminó funcionando como un impulso para trabajar a distancia, algo así como un experimento lúdico. Creo que como dice Catriel en el conurbano, al menos por donde vivimos nosotros, se da un poco esto de cruzarse con artistas que tienen distintos intereses y eso nunca funciona como un impedimento para organizar fechas, compartir eventos, etc. Esta cosa no absolutamente sectorizada a veces termina generando encuentros que en otros lugares o contextos (donde se generan grupos más bien endogámicos) serían por lo menos improbables.

Imagen con dos personas tocando sintetizadores sobre una mesa, con la cabeza mirando hacia abajo Martín Roveda (derecha), tocando junto a MDML

¿Creen que existe una identidad sonora latinoamericana?

Catriel: Es algo que me pregunto a menudo y no sé si por casualidad o qué, durante estos meses de cuarentena esa pregunta surgió varias veces entre distintxs amigxs de la música. Lo discutí bastante y si bien todavía no hay conclusiones al respecto, sí creo que al menos se está tomando conciencia de esa necesidad de generar algo más propio. Digo, está claro que sí hay una sonoridad propia en los folclores o las músicas populares, pero creo que en otras prácticas sonoras-musicales aún estamos en la búsqueda, Muy pegados a tradiciones o relatos de Europa y Estados Unidos y aún hay una réplica de esos modelos (yo creo que en todo, experimental, contemporánea, arte sonoro) queremos llegar a las mismas conclusiones que naciones con una historia totalmente diferente con la música y el sonido a la que tenemos acá. No sé si hay una identidad, quizás haya identidades, revisiones de otras músicas, lecturas, reflexiones, mutaciones, chindongus y otros experimentos, quizás para bien o para mal reflejan de alguna manera esa identidad. De todas maneras creo que lentamente está surgiendo algo más idiosincrático de aquí más relacionado con lo político o lo territorial, así como Archivo 22 o mismo el Tsonami.

Martín: Me cuesta pensar en algo como una identidad sonora latinoamericana, más que nada por la complejidad histórica de nuestros países, las identidades terminan siendo categorías de las distintas literaturas nacionales, fueron necesidades históricas para construir naciones (que tienen lugar a partir de genocidios). Me resulta un poco romántico pensar en una recuperación de aquello perdido, también creo que a nivel mercado “la cosa latina” funciona como una etiqueta “exótica” que a veces termina reafirmando una mirada que (hoy en día) paradójicamente viene más de afuera que de adentro. Por otro lado si creo en la singularidad geográfica como estímulo para que se desarrollen sensibilidades particulares. Más allá de la idea de identidad como algo abstracto creo que hay algo en cómo se vive en términos materiales, en los paisajes y el clima que nos rodea que termina teniendo un lugar relevante nuestro hacer.

Finalmente, nos gustaría que nos recomendaran algún/as artistas para seguir

Catriel: Lil lilen, Gabriela Areal, Sergio Merce, Tomás Cabado, Rolando Hernández, Gudini Cortina, Cristián Alvear, Fernando “Jota” Rodriguez, Juan Litrica, Marcelo Von Schultz, el sello Isla Visión, Juan Manuel Patricio, solo por nombrar algunxs!

Martín: Los sellos Prius Discos, Nodo e Isla Vision, Academica de Juguetes, Shis Unusual, El Piyi, Estupendo, Uno x Uno, Vic Bang, Ivonne Van Cleef, Zulu Souvenir entre otr@s.

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